Dentro del ciclo litúrgico, la Semana Santa, la Navidad,  el Corpus Christi y el Cántico de las Ánimas.

 

Durante la procesión del domingo de Corpus, como señala Ángel Almazán en su libro monográfico de Tajueco, tiene lugar un rito singular: “Se enrama un arco sobre un altar portátil junto al ayuntamiento o farmacia, en la plaza mayor; enramada en la que se colocan algunas rosas, así como en los jarrones del suelo; cabe sí se sitúa en el centro una alfombra rodeada de hojas, sobre la cual se extiende una sábana y se ponen almohadas para que los niños nacidas y bautizados en el último año sean bendecidos por el sacerdote y tocados por el pendón y el estandarte parroquial que portan sendos mozos”.

 

Así mismo en llamado Cántico de las Ánimas –único en la provincia de Soria- tiene lugar a la anochecida del 1 de noviembre. Se forman dos coros de hombres que se van alternando las estrofas  del cántico y el resto del pueblo, enfrente, participan portando objetos agujereados con velas encendidas dentro, siguiéndoles en la pequeña procesión y en el rezo final de cada cántico. Al término del rito, en la Plaza Mayor se comen pastas y se bebe.

 

Durante el verano, especialmente en agosto, se efectúan algunas jornadas estivales de gran actividad organizadas por hijos del pueblo en las que participan el vecindario y, sobre todo, “los veraneantes”: días de la bicicleta, comidas populares, celebraciones rememorativas de diverso tipo (Década de los Sesenta, la Champañada, Sanfermines…).


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