Tajueco surge en la Edad Media al repoblarse esta zona de la margen septentrional del Duero por Gonzalo Núñez de Lara, quien convertirá a Andaluz en villa de un alfoz al que otorga fuero en 1089. Alfoz que se convertirá en Comunidad de Villa y Tierra y, posteriormente, en Estado Señorial (1380) pasando a ser la villa Fuentepinilla en detrimento de Andaluz.

 

De esta temprana etapa medieval cabría reseñar un pequeño resto del primitivo templo parroquial, de factura románica, del que no queda sino dos pequeñas paredes adosadas a la capilla barroca occidental y que puede verse desde la Plaza Mayor. A resaltar también la talla gótica de la Virgen sedente con el Niño y la cabecera gótica.

 

De 1430 hay documentación que testimonia la presencia de una pequeña judería, quizás vinculada a la alfarería y fabricación de ladrillos macizos y tejas.

 

Dado que por su término pasa un tramo del Camino Real que enlazaba Valladolid con Valencia y Aragón, y puesto que existía una gran posada-posta (hoy repartido su edificación en varias viviendas continuas junto al frontón de pelota), por Tajueco pasaron, reposaron, durmieron y yantaron, diversos personajes históricos de relieve como los Reyes Católicos, Carlos I y Felipe V, según la documentación que se conoce.  Aquella posada tenía muros de casi un metro de espesor –que subsisten- y en algunas zonas podemos contemplar el tapial y el ladrillo macizo en su fachada.

 

En 1850 había 57 vecinos y, en población total, un total de 272 habitantes,  y se producía trigo, centeno, cebada, avena, legumbres, hortalizas, algunas frutas, leña y pastos. En 1909 vivían 381 personas.


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